Hay tres proyectos principales para esta Luna Llena.
Primero, es hora de compartir alegría, entusiasmo y emoción. Siguiendo esta línea, podemos aplicar estos estados emocionales para expandirnos, ya sea nuestro estilo de vida o nuestros horizontes. Es decir, es hora de ir más allá, si hay cómo, o de ampliar las alternativas, las oportunidades, o utilizar la creatividad para ver posibilidades más allá de lo que ya está a nuestro alcance.
En segundo lugar, debemos ser cautelosos con respecto a los nuevos proyectos, con cualquier decisión poco clara, con la exploración de nuevas empresas y nuevas actividades. La mejor manera de entrar en este terreno es el camino de la sensibilidad, la delicadeza y la sofisticación.
Tercero, el camino espiritual en el que ya estás inmerso puede pedirte un compromiso más profundo. Puedes sentir que necesitas acercarte aún más a tu yo superior. Si ese es el caso, adelante. Algunos de nosotros podemos encontrar que nuestra práctica necesita algún ajuste. O bien, que pueda ser necesario un cambio verdadero en el camino espiritual, religioso o filosófico. Si ese es el caso, será mejor que abandones la creencia de que debes seguir un único camino hasta el final. Me explico: a veces necesitamos una experiencia nueva en el desarrollo espiritual para profundizar nuestra certeza en el camino que ya está en marcha, o descubrir que nos sentiremos más conectados o más identificados con el nuevo. No tengas miedo. Realmente, te mereces lo mejor.
Otro proyecto por ahora, aunque no forme parte del conjunto principal, es lo que ya tenemos en marcha y que todos nosotros, como grupo, como humanidad, siempre estamos construyendo: qué es realmente el amor. ¿Cómo puede el amor tener tantas formas y seguir siendo lo mismo? ¿Cómo es esto en el contexto de la comunidad, en el entorno religioso y en el entorno familiar? ¿Cómo puede ser tan diferente de una persona a otra cuando se trata de una relación romántica? De hecho, no es el momento de encontrar una solución, sino de contemplarla con reverencia y respeto. Así que, al mismo tiempo, vívelo desde el corazón, no desde el intelecto. Es como respirar: uno puede ser consciente y no controlar al mismo tiempo.
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