Una segunda luna llena en el mismo signo es un evento poco común. Es una segunda oportunidad de madurar un proyecto, manteniendo las mismas características u objetivos, solo que, ahora en vez de una explosión de energía y gozo, nos toca estabilizarse en una situación de poder. Si hicimos lo que era necesario, en armonía con el entorno, ahora es el momento de fijar una posición sólida y madura, reduciendo el crecimiento y la expansión para construir una infraestructura y estabilidad. Es un momento de equilibrar el impulso hacia frente y de profundización, todo lo que sea necesario para alcanzar esa estabilidad.
Aunque la primera impresión es que podríamos hacerlo todo muy fácilmente, nos encontramos ahora con una dosis extra de preocupación acerca de lo que es correcto, o con unos criterios muy elevados que nos ponemos para llegar a nuestro fin. Entonces, vamos encontrar una clara lucha entre ser creativo e innovador al fijar nuestra posición en un proyecto dentro de un entorno sano, por un lado, y perseguir los criterios más elevados para conseguirlo, de otro.
Un segundo aspecto de la misma atmósfera, es la disputa entre la necesidad de establecer relaciones y vínculos estables, lo que requiere compromiso, y el deseo de autonomía e independencia. No es una tarea fácil.
Acordaos que los juegos de poder, que han sido “Leit Motif” durante esos últimos años, nos están esperando a la vuelta de la esquina. Aunque ya se han probado que son inefectivos y conflictivos, va a imponerse como una adicción. Esos juegos vienen del miedo de perder nuestro poder personal, en otras palabras, perder la capacidad de manifestar nuestras metas o de que otras personas puedan interferir en los resultados y desviarnos de ellas o destruirlas.
Puede ocurrir que a alguno le guste de usar el poder por simple placer de ejercerlo, claro. En cualquier caso, la actitud recomendada es evitar esos juegos, como vengo insistiendo aquí.
Cambios súbitos pueden sorprendernos en nuestros universos mas personales, especialmente en las relaciones más cercanas, donde podemos experimentar alguna inestabilidad.
Nuestra autoestima está oscilando mucho entre los dos extremos. Podemos despertarnos sintiendo ser el héroe y al fin del día ser el más despreciable del planeta.
Normalmente, la luna llena de Pascua induce renovación, pero está vez tenemos que encontrar alguna estabilidad en corazones y mentes antes de cualquier movimiento.
Mucha paz para todos!