Reducir la velocidad y enfocarse en un paso detrás del otro son las reglas para este período. No es momento para experimentar cosas nuevas, intentar planes arriesgados o exponerse a actividades peligrosas. La sobrerreacción está contraindicada y dejarse llevar por ella puede traer resultados desastrosos.
Estamos viviendo tiempos muy tensos y cualquier error puede producir efectos dañinos. Por ello, es tiempo de observación muy precisa, aguda, y actos estratégicos.
También es el momento de concentrar nuestros esfuerzos para manifestar planes en el mundo real, aunque deba seguir las reglas político-sociales corrientes, sean tácitas como declaradas. Todos los acuerdos deberían ser mantenidos durante este mes. Cualquier ruptura puede comenzar una escalada.
Debemos resistir la conducta reactiva a la que somos propensos, por ahora.
En el escenario político, hay y habrá conflictos de poder, tanto en las esferas pequeñas como en las globales. Quizás yo sea un soñador, pero pienso que tendríamos que priorizar la solidaridad y la cooperación en vez de la separación y la competición. De otra forma, nos encontraremos con derrota y destrucción, en pequeña o grande escala.
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Es necesario que fijemos nuestra posición alineados con los más nobles y sublimes valores, manteniendo dosis altas de flexibilidad. No es tarea fácil, pero necesaria para reverter la tendencia destructiva. La misma actitud global que puede ser vista en el contexto político internacional, también puede ser experimentada en los escenarios personales individuales e intersubjetivos. No podemos controlar el comportamiento colectivo, pero podemos comenzar con nuestra actitud personal. La paz global comienza en mi.